Recordado el día 18 de octubre. Es autor del libro de los Hechos de los Apóstoles y del cuarto Evangelio, recibió el título de “escritor de la misericordia de Cristo” por Dante Alighieri.
Es patrón de los médicos y de los pintores. De los médicos porque se cree que él era médico y de los pintores por existir la leyenda de que él había pintado por primera vez la imagen de la Virgen María.
La Misericordia divina es la característica principal su Evangelio. Las tres parábolas que ponen este tema como centro del mensaje son: La parábola de la oveja perdida, de la moneda perdida y la más hermosa de las parábolas, la del hijo pródigo.
Jesús al ver su auditorio que le escuchaba, hablaba tanto con la parábola de las cien ovejas propias del pastor del mundo masculino, como la mujer que pierde una moneda y la busca, propio para su auditorio femenino.
El segundo tema de su Evangelio, muy unido al primero, es el tema de la salvación. Tanto en el Evangelio como en el libro de los Hecho de los Apóstoles se presenta el tema de la salvación de los pueblos. Con la presentación del niño Jesús a los reyes magos y después con Simeón en el templo, Jesús es presentado al mundo entero como su salvador.
Por otra parte, en el libro de los Hechos de los Apóstoles se nos presenta a la Iglesia naciente y misionera. La Iglesia nace en el Cenáculo y es invitada a ser “un solo corazón y una sola alma” (crf. Hch 4, 32).
Cristo es presentado por san Lucas como el centro de la historia de la salvación en donde todos estamos invitados a este banquete, pues la salvación es todo un acontecimiento de fiesta.
Ante una sociedad tan insensible, leer el Evangelio de Lucas nos ayuda a sentirnos hijos amados del Padre que nos espera con un abrazo de misericordia antes que castigarnos por lo que hicimos.
Redacción